Claramente, son contradicciones. Pero, una depende de la otra y viceversa. No se puede vivir sin alegría, y tampoco sin decepción.
Te ilusionas con algo que crees que pasará, pero al fin y al cabo, no pasará nada. Mirando el lado positivo, te acabas acostumbrando a sentirte así. ¿Alegría o decepción?, ni yo misma lo sé.
¿O sí...?
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