25 mar 2011

Zas.

Creo que empezaré a describir a ésta persona muy detalladamente, luego ya me iré alejando más a lo general.
Tiene el pelo largo, parece no sobrepasarle de los hombros, y rizado, en mi opinión un pelín a lo afro. Pero siempre lleva una coleta, así que no se le nota tanto. Lleva gafas. Sufre de hipermetropia.
Cuatro piercings en la cara. Le quedan bien. Dos en las cejas, y otros dos en la boca. Y que no se me olviden los de las orejas. Y sus dientes... Tiene los colmillos tan afilados que hasta diría que se hace pasar por vampiro, y no le ha dicho nada a nadie.
Ahora, vamos a pasárnos por su carácter... Le da igual todo (o casi todo). Pero muchas veces parece que surga de él, un sentimiento de las cosas le importan. Parece ser cabezota. Tiene un humor negro, que le pega bastante. Sus chistes, algunos pueden llegar a herir la sensibilidad de los corazoncitos más tiernos y débiles. Pero molan igualmente. Y suele llegar tarde...
Para acabar, voy a parar atención en su forma de vestir. o hay ningún día que le haya visto sin cadenas, o sin la chupa de cuero negra con bastantes cremalleras. Suele llevar unos cascos de música bastante grandes, eso me recuerda de que quiero unos así. Casi siempre sus pantalones son o rojos, o de cuadros.
Ahora está de camino de coger la bici e irse a su casa, tiene hambre.

24 mar 2011

Miedo.

A no saber quién eres. A sentirte perdido en un mundo sin salida.
A estar pensando en algo y que al día siguiente se haga realidad.
A tener miedo a la oscuridad. Estar solo en una visión oscura, que no te deja ver más allá de tus pensamientos. Oscuridad, uno de los miedos más habituales en el ser humano, es la nada. o hay nada a tu alrededor que te proteja, o simplemente, para notar su presencia, un corazón latiendo al compás del tuyo. Oír tan siquiera respirar. O un simple susurro.
En cambio, a otras personas no les da miedo. Simplemente se ponen a pensar en que hacen bien, o que hacen mal, para agradarse más a si mismos, o para agradar a los demás.
Miedo a no ser el tipo de persona que quieren los demás que seas. A no agradar a nadie, a caer mal, a no saber el por qué de muchas cosas.
Miedo a ti mismo. Miedo a no saber quién eres. A estar perdido en el universo. A no significar nada.
Eso es lo que hay que evitar que pase. ese miedo es el que no debemos de sentir, por que si lo llegamos a sentir, significa que todo eso te está pasando. Y no creas eso... cada uno tiene sus miedos. Pero ese es el peor de los que se puede llegar a tener.
Sabes que siempre habrá alguien al otro lado, ayudándote, apoyándote, animándote, en los momentos más duros. No tengas miedo. Siempre hay alguien que te dará lo mejor. su ternura, afecto, carácter... Dándote consejos, dándote abrazos cuando más lo necesitas. Y lo más importante, hablar.
Miedos... existen muchos, pero son pocos a los que hay que temer.

Silencio.


Silencio... Muchas veces hay demasiado... Pero para muchas personas es bastante necesario.
Soledad, cada vez que pienso en silencio me viene esa palabra a la cabeza. Se necesita para pensar, reflexionar. Para sentirte solo durante unos momentos, sin que nadie esté a tu alrededor. Soledad, la necesitamos para que nadie nos oiga llorar. Suspirar cada vez que algo te va mal, o simplemente respirar hondo, estar calmado en un umbral de silencios. Sentir que el mundo se pare durante unos segundos y ser tú, tu propio centro de atención por unos instantes. Pensar por una vez por ti mismo, y no por los demás. Sentirte útil. Silencio, da mucho en que pensar. Cállate y disfrutaló, porque dura muy poco. Y piensa... El silencio habla por sí solo.


20 mar 2011

Abrazos...

Cuando dos personas rozan sus torsos unos contra otros se produce un sentimiento.
Un sentimiento que te hace sentir bien, seguro, confortable... Necesitamos a alguien que siempre esté ahí, que no rechace ninguno de nuestros abrazos, que sean verdaderos.
Sentir ese cosquilleo que te recorre todo el cuerpo como si el leve viento acariciara la piel de tus mejillas rojas por el frío del helado invierno. Un abrazo puede significar mucho para muchas personas, las cuales tienen pensamientos e ideas distintas de que significan para ellos.
Para muchos es un esperado reencuentro con esas personas que hace bastante que no ven, para otros muchos esos abrazos que tan seguidamente te llenan de confianza, de seguridad, de amistad... Son los que les hacen ser más felices día a día. Un abrazo significa mucho. Te ayuda en los mejores momentos para cuando estás triste, te consuela, te da calor, un abrazo sincero es así. Llorar. Hazlo si hace falta. Merece la pena.
No rechaces nunca un abrazo, te ayudan a sentir sensaciones que pocas veces sientes, merece la pena sentir ese placer.

8 mar 2011

Su propio mundo, su habitación.

Ahora, Ángela se encuentra en su habitación, sentada en la cama y escuchando música gótica, que le da en qué pensar.
Su habitación es un mundo caótico, en el cual se encuentra un orden establecido por ella misma. Es verde, pero no el verde que te da una sensación relajante, sino el verde pistacho que te desconcentra en cuanto lo ves. Pero los posters, perfectamente colocados como un tetris, disimulan un poco esa sensación.
Esas paredes parece que te observen cuando abres la puerta. Tantas miradas que parecen leerte tus más profundos pensamientos. Pero a ella parece no molestarle. Su habitación es muy abierta, en el centro está la cama. Con unas tonalidades de colores calientes cual puesta de sol, su cubre está ligeramente arrugado. Las estanterías de su habitación están repletas de fotos , discos de música y libros. Le encanta la lectura. Me hace gracia, la parte más caótica es su silla, no he visto peor desorden. No le hace falta ni armario. Y el suelo... Siempre todo por es suelo. Para ella su habitación es su infierno personal.
Se acaba de levantar de su cama, y se dirige hacia la ventana. Abre la ventana de par en par para que corra una brisa de aire fresco, para que se ventile. Para poder respirar un aire puro y helado, que le calan los pulmones cada vez que inspira, aunque sea un poco.
Desde su ventana se ve una calle estrecha y empinada, con unas casas viejas, que hacen juego con el contraste del anochecer. Unas casas, que con los años se han ido desgastando. Necesitan una capa de pintura. Mira a su izquierda y ve dos gatos cual tigres salvajes, peleándose entre los matorrales del descampado de al lado. Para su atención, en una nevera vieja, que en vez de blanca, está anaranjada, de lo oxidada que está. Se nota que el tiempo y la lluvia han pasado por ella. Al otro lado hay un bar. Por su culpa la calle siempre huele a fritanga, sobresale el olor a gamba. Siempre le recuerda al mar.
Enfrente, justo enfrente, hay una casa en construcción. Es bastante grande, y tiene un patio bastante amplio. Hay una planta justo en medio del patio. Es bastante grande, y muy verde, como los ojos de un minino.
Se acerca la noche y el sol se esconde detrás de esa casa en obras. Ahora sólo la luz de una farola ilumina la oscura calle.
Ángela baja la persiana, cierra la ventana, prohibiendo la entrada del aire puro y helado que le cala los pulmomes. La ventana está cerrada, con la persiana bajada, Ángela se va de su habitación, cerrando la puerta y apagando la luz. Consumiéndose en una plena oscuridad.

EGO.

Ángela, más conocida como " la heavy ", " la metalera " o simplemente " Angy ". Podría decirse que es de mediana estatura, sobrepasa por dos centímetros la media.
En diferentes épocas del año su piel es blanca cual nieve, y en otras roja cual tomate cherry. No sabría por dónde empezar a describirla concretamente, supongo que por sus manos. Son pequeñas, rechonchas y algo rojas. Sus dedos son como diez pequeñas morcillitas, y sus uñas están comidas, como cuando los hamsters roen un fruto seco para comer.
Ahora, pararé mi atención en su cara. Su melena casi siempre le tapa gran parte de sus sonrojadas mejillas. Dos cosas que me llaman más al atención de esa carita de no haber roto nunca un plato, son sus ojos y su sonrisa. Sus ojos son pardos como los ojos de un hermoso gato, con un toque amarronado que llega a tener toques naranjas. Cuando sonríe, su sonrisa me recuerda a la luna menguante, grande y blanca cual espuma del mar al romper las olas.

6 mar 2011

Desvanecerse...

Unos corazones que nunca encontrarán dueño, vagabundeando por el angosto mundo del amor, intentando encontrar su mitad.




Todas esperanzas y sueños, se desvanecen en un manto de nubes negras que oscurecen el cielo, esperando la lluvia tan ansiada para saciar su sed.
Como la llama que se desvanece de un simple soplido. Todo se desvanece.