10 feb 2013

Omnipresente

Mi única forma de desahogarme se está convirtiendo en un infierno. Ya ni me salen las palabras para expresar mis emociones; solo me aferro a los hechos, tranformándose, cada vez más, en un bucle de incertidumbres.
Ni las mejores palabras podrían hacerme creer en nada y en nadie, y menos si lo intentan demostrar. Me pone enferma que nadie intente nada, cuando el mundo se queda quieto, sin nada más que hacer que observar el declive de cientos y cientos de personas que ya no saben por donde tirar. La sociedad se ríe de nosotros, los políticos se ríen de nosotros, y no nos merecemos lo que nos está pasando.
¡Vasta ya!. Alguien tiene que dar el paso y enfrentarse a toda la mierda que nos echan encima cada día. Sea en la situación que sea.
Sé que esto no hará reaccionar a nadie, dudo que lo siga leyendo alguien, pero es la única manera que tengo de demostrar todo lo que siento, aunque no sea a la cara... Solo me conocen bien las palabras, y muchas veces ellas me fallan. Es un quiero y no puedo, y bien grande.