29 ago 2011

Partes de algo inacabado

Era un día soleado, bueno más bien con algo de nubes, llevadas por el viento, viendo tantos sitios en un sólo día. Habían quedado por la tarde, para dar una vuelta, y tomar el fresco. Era la primera vez que quedaron solos, después de varios días, me atrevería a decir semanas incluso.
Hablando y hablando se les pasaba el tiempo, parándose en cada rincón, mirando escaparates... Al poco después, pasaron por una calle, por la que casi nadie pasaba, y en esos momentos no había nadie observando a aquellos dos. Él le da la vuelta suavemente, se acerca hacia ella, y le da un beso. De esos besos que te cogen por sorpresa, pero a la vez de los mejores que has sentido recorrer todo tu cuerpo. Cuando se acaba él dice:
-¡Qué ganas tenía de hacerlo!- con una sonrisa de oreja a oreja, y una felicidad, la cual desprendía por doquier. Después del intenso beso, le miró a los ojos, con una seguridad, y un amor, de cual de su boca desprendió un te quiero, verdaderamente sincero, que ella se quedó en blanco.
Para ella, fue el mejor momento de su vida, nada lo cambiará.

No sabe si volverá a pasarle algo parecido, tiene el corazón en la garganta, pensando en sí resurgirá...


No hay comentarios:

Publicar un comentario