9 nov 2011

Días de clase

Estando en clase, pensando en todo menos en lo que dice el profesor. Creando un mundo de palabras sin ningún cimiento primario para sostenerse, esas palabras, cómo las olas al romper en la roca, se desvanecen entre voces ajenas a ti.
Medio dormida, con la leve compañía de las susurrantes voces de los compañeros hablando de lo que les interesa. Parar la atención y escuchar cómo los bolis hacen su trabajo. Un pequeño sonido al mascar chicle se sitúa en el oído, intentando averiguar con un suave movimiento de cabeza de donde viene y quien está comiéndolo. El profesor para su atención en la zona donde te sitúas, y disimulas cómo si estuvieras haciendo algo útil. Deja de prestar atención, y otra vez a lo tuyo.
Un fuerte sonido de mesas y sillas moviéndose, un ruido que emerge de otras clases, eso significa que queda poco para salir y acabar. El tiempo pasa despacio, cómo si los segundos fueran siglos. Gente atenta, para ver quien es el primero en escuchar el estridente sonido de la sirena. Ese molesto pero a la vez dulce sonido de libertad. Salir con prisas, personas pensando a que dedicarán el tiempo que les queda durante el día, para siempre acabar haciendo lo mismo.

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