Te pasas el día llorando sin nadie más que tú mismo para secarte las lágrimas. Palabras vacías que llegan a todos los rincones de tu cabeza, con el mismo eco, resuenan y resuenan sin nada más que un simple rastro, como un último aliento.
Quieres tantas cosas, y todas ellas son tan simples... Pero lo único que puedes hacer es esperar, con el frío del invierno recorriendo todo tu cuerpo, hasta congelarte las ideas. Nada puede salir bien, ahora no.
Pensar a oscuras, inmensa oscuridad. Siempre he querido que me canten esta canción al oído...
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