9 jul 2011

Tan simple cómo...

La fuerte lluvia no cesaba. Él, tiró su cigarro, y corrió hacia el portal más cercano. Influenciado por sus propios pensamientos, empezó a escribir un borrador en el móvil.
Las gotas de lluvia disminuían poco a poco. A la vez, empezaba a clarearse el cielo, y salir el sol. Un sol que cada vez cegaba más.
No entiendo el por qué. pero él, aún así de que la lluvia cesara, seguía allí. Escribiendo ese borrador. Siempre le dio miedo enviarlo. Comeduras de cabeza, para no conseguir nada.
Siempre pensaba en el futuro. Un futuro bastante inhóspito, pero al fin y al cabo un futuro. Marchó del portal, y se dirigió a un bar. Llamó a la camarera, pidió un café con leche, para bajar un poco el frío que le recorría por dentro, a causa de la lluvia. Se quedó pensando pasa sí mismo, mientras veía la gente pasar, a través de los cristales del bar. Con una mirada bastante despistada, sólo hacía caso a su mente, y a nada más.
Enseguida se tomó el café con leche, pagó la cuenta y se fue corriendo. Puso la mirada al frente, zancadeándo lo más rápido posible. Apartando el barullo de gente que se encontraba en su camino.
Al final, perdió el rastro. Comprendería que todo sería diferente. Tan diferente, que ni incluso él pensaba que fuera a ser así. Era difícil de conseguir. Pero nunca se rendirá. Intentará encontrarla, sin pensar en el por venir. Tan sólo se dedicará a eso.

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