Extrañas, buscando algo que nos salve.
Extrañas, destinadas a desaparecer.
Extrañas, que sangraron
por un futuro incierto.
De vuestras cenizas, renacemos.
De las que ardisteis por nosotras.
De las que disteis vuestra vida.
De las que se revelaron en contra
de su propio yugo.
Somos la herencia de siglos de pelea.
Somos la voz de las brujas que
nunca pudieron hablar.
Somos el legado de cientos de mujeres
que lucharon hasta su fin.
Somos el aquelarre y, nosotras,
encenderemos la hoguera.
Y por todas las que no pudieron:
espero que nos podamos encontrar
cuando lleguemos.
Gracias.