Desapareció de la noche a la mañana. Buscaron por todas partes: los sitios que más frecuentaba, alrededor de su ciudad, llamaron a conocidos y familiares más cercanos, y no obtuvieron respuesta.
Se refugió en el lugar donde sabía que nadie averiguaría. Aquel árbol lucía un majestuoso follaje, con unos tonos amarillentos y caducos, los cuales anunciaban la llegada del solitario otoño. Su tronco, grueso y rugoso, mostraba un envejecimiento inminente.- "Ha vivido mucho. ¡Habrá visto tantas historias! Ojalá pueda vivir una emocionante y pasional" - dijo mientras observaba el sol caer.
La noche cayó en el inhóspito paraje: la oscuridad reinaba, y el claro cielo vislumbraba un gran puñado de estrellas y una luna redonda y blanca. Sacó una pluma y una libreta de su mochila, y empezó a escribir bajo su poderosa y centelleante luz. Recordar no le servía de inspiración, así que comenzó a escribir el futuro que quería vivir, o, siendo pesimistas, imaginar.
Su ser contra el mundo, libre, independiente, sin ataduras. Empezar de nuevo en otro lugar recóndito del mundo, que con lo grande que era, nunca se sintió de ninguna parte, ni menos de nadie.
Quería sentir, renovarse, purificarse y lo estaba consiguiendo, en la cima de aquel árbol. Se identificaba con él, envejecía, caducaba. Ya no creía volver a ser joven cual pájaro en el horizonte.
Siempre que intentaba aferrarse a cualquier cosa, alguien llegaba primero y se la arrancaba de las manos y no quería que eso volviera a pasar, y cambió drásticamente. Le empezaron a importar más las minuciosidades que las cosas grandiosas. - "La belleza esta donde menos esperas" - decía mientras pasaba de página. Escribió y escribió, y llegó a tal punto que cogió, y lo tiró fuertemente hacia el vacío.
Vacío, juró nunca más sentir vacío. Su expresión cambió por una radiante sonrisa, dio un gran suspiró y bajó, poco a poco, de su nuevo amigo, el árbol que le escuchó cuando más lo necesitaba. - "Nunca más. Gracias por compartir tu valioso tiempo conmigo, has hecho de mí una mejor persona, y gracias a eso, puedo mirar el vacío con esperanza. Te debo una" - pensó, mientras la oscuridad cubría sus huellas, huellas que iniciaban el camino a un nuevo mundo.